VACACIONES EN PLAYA-MEDUSA
Este año, como casi todos, los pocos días que puedo escapar de casa lo hago en plan “ low- cost” y qué más barato puede haber, que irse de ocupas a casa de los padres del que suscribe, que por suerte viven en la playa. Como en anteriores ocasiones y repitiendo la liturgia de todos los estíos, a ritmo de chancleta, bañador y sombrilla al hombro, desfilamos al paso lento de los regulares hasta el paseo marítimo, para buscar un hueco entre los que gustan de dorar los pellejos al sol, jugar a hacer castillos de arena o amenizar los calores en compañía de un libro. Una vez montado el campamento, con los bártulos organizados, al refugio del parasol y con el periódico en ristre, me paro a observar el paisaje que me rodea. Lo de todas las veces, el mar de agua por delante, el mar de sombrillas por los lados y la ardiente arena por detrás. La pareja de octogenarios carbonizados por el sol, con ellos parece no ir el tema de los melanomas, y si fuera, ...