sábado

¿Un libro?


Suele ser lo común, mezcla de exclamación e interrogación, la reacción más habitual entre los que comento mi aventura literaria, detrás, no resulta difícil intuir lo que esconden, algunos asombro, otros, interés, los hay que indeferencia. La familia, y los amigos de verdad, en estos casos nunca fallan con su apoyo incondicional, del resto, hay de todo, unos te sorprenden positivamente quizá dando más de lo que esperabas y otros, pues de repente te das cuenta que valen menos de lo que pensabas.
Cuando tenía nueve años descubrí en una caja olvidada, acumulando polvo en el fondo de un armario, un libro de novelas cortas de Cervantes que devoré, asombrándome con el arte que se le puede imprimir a la palabra escrita, haciendo que veas y llegues a conocer un lugar o a una persona, pudiendo sentir el frío, la alegría, el miedo o el amor.
La adolescencia navegó entre Julio Verne, La aventuras de los Cinco y los Tres Investigadores.
Uno de los libros que más me impactó y que según terminé pasando la última página, comencé de nuevo por la primera fue “Alguien voló sobre el nido del cuco”.
Algo de Camilo Jose Cela, Mario Vargas Llosa y más adelante la literatura fantástica y la Novela negra. Con el libro del Resplandor pasé miedo, la película fue una decepción con un doblaje pésimo por cierto.
Tras varios intentos fallidos y  ya peinando algunas canas que disimulo, cortándome el pelo muy pero que muy corto, nació mi primer libro, que terminé con ansiedad por llegar a su final, soñando con los personajes y la trama, levantándome en medio de la noche para anotar una idea que finalmente desechaba y siempre con el temor de no lograr llevarlo a término, pero conseguí parirlo, y sin epidural, para finalmente darle un final que no fue el que tenía pensado en un principio, al igual que el título, que lo cambié diez veces.
Descubrí una editorial de publicación bajo demanda, Bubok, que te permite completar el sueño de publicar prácticamente sin gastar un €uro, y me sumergí en un mundo nuevo, el de escritor novel.
Tengo asumido que esto no deja de ser una afición, un entretenimiento para pasar el rato en el que no me gasto un dinero que no tengo, que me resulta divertido, y realmente gratificante cuando alguien me dice, que ha leído algo de lo mío y que le ha gustado.
Pero metidos en faena, por qué no intentar obtener algún beneficio, y aquí, es cuando te das cuenta, de que  los que se dedican exclusivamente al arte de escribir y tratan de vivir de esa profesión, lo tienen que pasar realmente mal, por muy fácil que les resulte darle a la pluma.
Y como escritor novel, si me puedo permitir el lujo de auto adjudicarme  el título de escritor, tengo que decir que mi sensación ha sido la misma que debe de sentir una puta (sin ánimo despectivo, con todo respeto por la profesión más antigua del mundo, pero llamando a las cosas por su nombre.) Y cuando digo a una puta me refiero a una entrada en años, con más mili que el mástil de la bandera del cuartel de Cerro Muriano, curtida a base de palos, ejerciendo su labor en la calle y que encima trata de vender su producto deslucido, sin brillo ni nombre, entre dos eslavas rubias de ojos claros y metro ochenta con la mitad de su edad y por el mismo precio.
Yo por mi parte seguiré con mi afición, y animo a todo al que le pique el gusanillo a que se aventure en un viaje que es apasionante y enriquecedor. Safe Creative #1203241366648

2 comentarios:

  1. muy intenso el principio y el desarrollo, pero el desenlace escueto. T foy uncéntimo x tus pensamientos!!

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    1. Hola tronkita, que esto es un blog, no un libro,si es que te puede el ansia de leer, aunque he de reconocer que me carecterizo por desarrollar un estilo literario con final de tornado. ja jaja un saludo.

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