Ángeles y Demonios. La integración del equilibrio.
El caminante del bosque se movía lento por el sendero, entre luces y las sombras que se sembraban sobre el terreno debido a las ramas y las hojas que, buscando la luz del sol, luchaban por alcanzar el calor que les diera la energía para seguir sobreviviendo. Esa luz que lograban allá arriba causaba las sombras abajo, restando vida y sumiendo en la oscuridad a la vegetación a ras del suelo. Hojas secas y plantas yermas cubrían el camino, rodeadas de la oscuridad. Era un terreno estéril por la ausencia de la luz que acaparan las ramas altas, pobladas de hojas sin un ápice de compasión por lo que pasara aquí abajo..., meditaba el caminante. Sobrevivir a costa de condenar a los que se quedan en la sombra. La voz de Silas contestó respondiendo a la pregunta que aun no había realizado el caminante, la voz suave, venía de dentro y a la vez de fuera. — La luz crea sombras, para que algo brille algo debe ocultarse. La luz no es inocente. Tampoco culpable. La mera existencia genera responsabilid...