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Mostrando entradas de junio, 2025

Ángeles y Demonios. La integración del equilibrio.

El caminante del bosque se movía lento por el sendero, entre luces y las sombras que se sembraban sobre el terreno debido a las ramas y las hojas que, buscando la luz del sol, luchaban por alcanzar el calor que les diera la energía para seguir sobreviviendo. Esa luz que lograban allá arriba causaba las sombras abajo, restando vida y sumiendo en la oscuridad a la vegetación a ras del suelo. Hojas secas y plantas yermas cubrían el camino, rodeadas de la oscuridad. Era un terreno estéril por la ausencia de la luz que acaparan las ramas altas, pobladas de hojas sin un ápice de compasión por lo que pasara aquí abajo..., meditaba el caminante. Sobrevivir a costa de condenar a los que se quedan en la sombra. La voz de Silas contestó respondiendo a la pregunta que aun no había realizado el caminante, la voz suave, venía de dentro y a la vez de fuera. — La luz crea sombras, para que algo brille algo debe ocultarse. La luz no es inocente. Tampoco culpable. La mera existencia genera responsabilid...

Cuando la vida cansa.

  El caminante no sentía dolor en aquel bosque infinito de sabiduría, rodeado de altas torres que desafiaban con arrebatar las altas nubes al mismísimo cielo. Aunque aún no recordaba los detalles de su vida, ni tan siquiera su nombre, sabía que estaba enfermo.  Una larga enfermedad que le había arrastrado por un camino de afiladas piedras hasta roerle los huesos, llenándole de inseguridades, vaciándole de certezas. Y si se encontraba en ese lugar era porque estaba en el tránsito, a morir, o a otro despertar . Podría ser un sueño, tan solo una alucinación de un cerebro borracho de analgésicos o ser real.  Pero qué es realidad o ficción, cómo saber distinguir una de otra, que marca la diferencia de vivir en un mundo virtual o material. Quizá que la vida cansa. Quizá cuando tienes ese sentimiento de no poder afrontar un día más,  que te falten las fuerzas y no encuentres motivación para salir tan siquiera de la cama sea la manera de saber que estás en el mundo real...

Conversaciones con Silas. El desvanecimiento del Yo y el dilema del mal.

  El Caminante se sentó confuso y en silencio sobre la tierra arcillosa con la espalda apoyada sobre una corteza dura y agrietada por fisuras profundas de conocimiento y sabiduría ancestral, corteza de miles de años que envolvía a las  altas secuoyas. Respiró hondo, como si inhalara siglos. Cerró los ojos. No era sueño ni vigilia, sino un estado intermedio: el umbral donde las preguntas permanecen sin forma y las respuestas no necesitan de palabras. La brisa acariciaba las ramas con la paciencia de quienes han conocido la eternidad. El bosque ya no era solo un lugar: era una conciencia antigua que lo observaba. En su interior, algo comenzaba a disolverse —no el cuerpo, ni la mente, sino ese hábito de medir los días, las horas, viviendo con prisa para sufrir por el pasado, temer el futuro, de anhelar lo que no tenía, sintiéndose desdichado, insatisfecho y frustrado, porque lo conseguido terminaba por no ser suficiente. Entonces Silas habló, o tal vez pensó dentro de él. ...

El caminante del bosque.

Imagen
  Permanecía tumbado e inmóvil. Aún teniendo los ojos cerrados notaba la molesta intensidad de la luz que le rodeaba. Al respirar sentía ese aroma desagradable que a pesar de ser continuo no terminaba de soportar, una mezcla de desinfectantes y químicos que despertaban en él una emoción de rechazo y un estado de alerta, además de provocarle náuseas constantes. Una vez leyó algo sobre la fatiga olfativa, una respuesta adaptativa del cuerpo a la exposición prolongada de un olor, esta fatiga busca evitar la  sobrecarga sensorial haciéndote insensible a ellos, aunque parce ser que ciertos vapores escapan a ese mecanismo, quizá porque el cuerpo sabe que son peligrosos. No sabría calcular el tiempo que había transcurrido desde que sólo escuchaba los mismos sonidos, un leve y corto pitido en una secuencia rítmica infinita, todo envuelto en un rumor constante, una vibración lejana, monótona, que le transmitía la sensación de estar encerrado en un ambiente presurizado, como cuando viaj...