¿DUELE MORIRSE?
¿Os acordáis del juguete de un mono colgado de unos aros olímpicos, que cuando pulsabas los botones laterales, subía y bajaba ejercitando piruetas? El mecanismo era sencillo, todo giraba entorno a una goma elástica, pero yo de pequeño, con la tontería de ver el mono dando vueltas me podía tirar toda una tarde. Ahora los niños pequeños, no sé, si por la televisión, internet o la leche con Omega tres, usan el ordenador, el teléfono táctil y la consola Nintendo como si de hackers profesionales se tratase, y yo con su edad, flipando con el monito de las volteretas. El caso es que los pequeños de ahora, igual manejan esos aparatos que te hacen preguntas, que ni sabes como contestar, ni son propias para su edad, o al menos eso creo. Por ejemplo el otro día... ¿Papá... duele morirse? ¡Venga ya!... si yo no me he planteado esa duda existencial con casi cuarenta, cómo diantre se lo plantea una pitufa de cinco años, y peor aún... qué le contestas. Ni ganas de darl...